miércoles, 9 de septiembre de 2009

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He apartado todo lo que tenía sobre mi mesa y las palabras han brotado de forma natural. No hay rectificaciones, ni siquiera me planteo la veracidad de lo escrito. Asumo que mi verdad es mía y como tal subjetiva hasta la saciedad. No pretendo análisis exhaustivos sobre la situación de los lugares visitados, eso es fácil de encontrar. Simplemente ofrezco percepciones contaminadas, edulcoradas o emponzoñadas por años pegada a la televisión; por lecturas insulsas controladas por la publicidad o el número de ejemplares vendidos; por una educación impuesta, controlada y asumida como única y verdadera. Años de relaciones fortuitas y no elegidas; años de castigo social que marcaron lo que soy y lo que siento y sobretodo y principalmente; horas, días y años de luchar contra eso.


Ahora serán ellas las que elijan cómo y cuándo salir; las espero anárquicas y desordenadas, inconexas y sin un porqué... irracionales, brutas e incompresibles... desnudas, libres...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te sigo con pasinos gigantes, con letras minúsculas y con la baba colgando x cada palabra que publicas. TE QUIERO. nAtalIa.

Anónimo dijo...

qué bien Zita! qué alegría!
besotes de Pupa