lunes, 22 de febrero de 2010

AMUEBLANDO.

Recuerdo la primera vez que cruzó la puerta de mi casa; la curiosidad con la que miraba todo, creo que buscando entre tantos objetos que alguno hablara de mi.

La respuesta fue tajante;

-Aquí no encontrarás nada. Está vacía, hay objetos de otros con los que me siento cómoda, pero ninguno mío. Solo mi perra, mi cama y un par libros. Todo lo que me rodea esta ahí casi por casualidad; por pequeñas elecciones entre opciones muy limitadas, por eso hoy vivo aquí.

Recuerdo esa frase con la que acusaba que mi habitación fuera como la de un estudiante. Entonces me vi recluida en una eterna provisionalidad y comprendí no sólo que lo que antes había no me gustara, también vislumbré el pavor a decidir que quería mantener y alejar de mi vida y por consiguiente de mi casa.

Que absurdo pensar que no hablaba de mi, todo lo contrario. Dice que estoy empezando, que no hay nada seguro, que está vacía de mi y lo mejor de todo; que tengo mucho espacio que llenar, porque al contrario que mi casa, mi vida es expansiva, casi ilimitada... Es fascinante sentir que llegó el momento de seguir buscando...

Hoy he decido con que empezar; a mi habitación le hace falta una mesa¡¡¡ y a mi vida un espacio donde apoyar todo lo que siento y pienso... y no será una mesa cualquiera, esta será a mi medida y encajará porque ya se como la quiero.

Tendrás que esperar a verla... pero para eso no queda tanto...


viernes, 12 de febrero de 2010

HERENCIAS

Me enerva tu indefensión aprendida,

tu segundo lugar elegido,

tu victimismo,

tu necesidad de aprobación constante,

tu cabeza gacha,

tu “es que el no me dice nada”,

tu negativa a probar,

tu vergüenza a fracasar,

tu sacrificio constante,

tu no pensar en ti como prueba de virtud,

tu no es nada y es mi obligación,

Me enervas tú, porque también soy yo.