jueves, 18 de septiembre de 2008

Andando.


  Si os cuento que el viaje se ha desollado como el inicio de una vida podriais pensar que exagero y puede ser, puede que aun no mida con objetividad el tiempo transcurrido en Nicaragua.Aún no ha pasado un dia sin que mi mente atraviese el atlantico para volver a esa tierra. Quedan tanto que ordenar, tantas vivencias que analizar, tantos porqués perdidos.

 La llegada, una vida por descubrir. Miles de sensaciones nuevas, estimulos y percepciones indescriptibles; dias en los que todo lo quieres tocar, oler, saborear, en el que tus sentidos se pierden en explorar todo  lo atractivo y novedoso del pais.

 Todo parece un sueño, en este momento no puedes analizar ninguna cirsunstancia, te pierdes en explorar y absorber todo lo que se mueve cerca ti ...

 Viajas protegido; de la mano de la organización desciendes en una comunidad campesina, un entorno natural voluptuoso, lleno de humedad y calor, paraisos terrenales en los que se desarrollan hazañas heroicas de un pueblo.

 Te hablan del proceso revolucionario, la organización comunitaria, los miles de proyectos empezados, la esperanzas  y sueños.Todo parece maravilloso, auguras un futuro prometedor fruto de tanto esfuerzo.

 Descubres el “Yo si puedo” y cómo los jovenes del país, borrachos del sentimiento revolucionario, se desplazan a la zonas rurales para descender los niveles del analfabetismo al 12%. Todo despues de la lucha armada de un pueblo que  destituyó una dictadura que le oprimió durante  más de 40 años.

  Cómo la lucha por la igualdad la ganaron hombres y mujeres.  Cuando la necesidad les obligó a verse como iguales, cuando los roles sociales desaparecen ante la necesidad de unirse en la lucha, cuando solo se tenian en cuenta las capacidades y no el cuerpo que las desarrollaba.

   Percibes el sentimiento de pertenencia a la comunidad; saben que a la injusticia solo se hace frente manteniendose unidos, se necesitan. La revolución enseña a confiar en el que tienes al  lado.

   De repente,un día, en un segundo despiertas; no sabes porque pero algo cambia, te haces miles de preguntas a las que no encuentras respuestas, ves más alla de lo que te muestran, la desconfianza y el desasosiego te invaden. Te revelas ante la realidad, pero toda esa rabia es en vano, no puedes canalizarla. ¿Cómo no te diste cuenta?... será que estas creciendo que ahora empiezas a analizar la realidad y no te gusta, te decepciona.La pobreza y la falta de oportunidades ensucia ese sentimiento romantico que envuelve cualquier revolución.

 Te das cuenta que no todas la comunidades campesinas son autosuficientes, ni cuentan con grandes proyectos muchos de ellos exportados por ONG.

   Que las mujeres siguen sometidas, que depués de los años de lucha el reparto de responsabilidades y cuotas de poder fue injusto, Tan facil como quitarse del medio a la mitad de la población arrastrando a la mujer de nuevo al plano doméstico.

   Que la educación hoy, otra vez, no llega o todos o mejor dicho a muy pocos.

   Que el espiritu revolucionario conlleva secuelas irreperables en los cuerpos y mentes de muchos nicas. Que ese mismo sentimiento desapareció en muchos dirigentes que se vendieron, que vendieron la vida de sus compañeras de batallas por un puñado de votos. Aboliendo la ley que las protegia ante cualquier problema durante la gestación.

Si, en Nicaragua una mujer no puede recibir tratamiento médico durante el embarazo si esto supone un riesgo para el feto, aunque esto condene a muerte a ambos.Que moral tan ferrea presumen las diputadas que se condenan a muerte, a ellas mismas o a sus familiares. Yo que confio en Daniel se que el nunca permetiria que ninguna de las mujeres de su familia abortara. Antes muerta¡¡¡

  Pero el tiempo pasa y esperas madurar  los sentimientos , apaciguar el espiritu, y poder  verlo todo un poco más claro, asumir la realidad, encontrar respuestas, aunque estas no sean  las deseadas, pero al fin y al cabo respuestas. Eres consciente que no eres libre, que no puedes escapar de tus raices, de lo que  te trajo a este nuevo mundo, que arrastras mucha carga, intentas desligarte de tus experiencias pasadas pero pesan tanto...

 Sin querer comparas realidades  y no percibes que aquí la gente sea mucho más infeliz que donde vienes, que no son más pobres por tener menos, sino porque no tienen lo básico. Y hablamos de alimentación, sanidad y educación.

  Es verdad que aquí la lucha por un mundo más justo está más presente, pero tambien es verdad que esa lucha no les proporcionará solo satisfacciones espirituales sino la satisfacción de las necesidades básicas. Que no es mejor ni peor, sino necesario.

Y sientes como a lo que tu dedicas el tiempo libre para muchos de ellos es su lucha diaria. Y como las actividades que  a ti proporcionan un sentimiento de autorealizción personal a ellos le proporcionan la posibilidad de vivir dignamente. Sin duda un fin común pero motivado por circunstancias distintas, colocados en niveles distintos según Maslow.

 

  Ahora que sé que vuelvo, espero  que me aporte la sernidad necesaria para actuar con la sabiduría que da la experiencia. Queda mucho por andar, no importa, pronto daré un paso más.